La OMS definió el Síndrome del Edificio Enfermo como una serie de enfermedades y molestias ocasionadas por las temperaturas descompensadas, cargas electromagnéticas, incorrecta ventilación, bioaerosoles o gases de origen químico. Las personas expuestas se encuentran constantemente indispuestos, con peligro de agravarse su situación si se sufre un delicado estado de salud.
La sede de Gas Natural y el edificio de La Caixa en la ciudad de Barcelona, así como el edificio de Telefónica en Madrid son solo algunos ejemplos de edificios enfermos dentro del territorio español. Se trata de construcciones cuyos sistemas de ventilación no funcionan correctamente, esto es, no suele correr el aire, no hay control de la temperatura ni de humedad y generalmente disponen de una moqueta que ocasiona un alto grado de carga electroestática.
Los síntomas habituales de este síndrome provocan irritación en la nariz o garganta, aumento de la mucosidad, tos, escozor y enrojecimiento ocular, dolor de cabeza, mareos y náuseas. Además, todos estos síntomas pueden verse agravados si la persona tiene asma o alergia.
El molesto trastorno puede combatirse mediante unas eficaces medidas que reducirán su impacto en las personas. Es fundamental limpiar los conductos de ventilación, colocar plantas que purifiquen el aire, mantener una humedad de entre el 40 y el 60 por ciento y una temperatura que oscile entre 22 y 24 grados, eliminar la moqueta y utilizar productos de limpieza ecológicos.
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