Si bien los falsos techos de escayola se suelen elegir principalmente por su función estética, lo cierto es que también cuentan con numerosas ventajas prácticas. En primer lugar, aíslan del ruido y la humedad. También permiten ahorrar en la aclimatación de la vivienda, puesto que son aisladores térmicos muy eficaces. Y, además, son grandes aliados contra el fuego. Por eso se utilizan con tanta frecuencia para albergar instalaciones eléctricas.
Por otra parte, poner un falso techo de escayola es relativamente fácil. Si quiere hacer este trabajo usted mismo, aquí tiene una pequeña guía con los pasos básicos y algunos consejos para evitar los errores más comunes.
1. Marque en las paredes una línea a la altura que quedará el falso techo. Lo habitual es a unos 15cm del techo real y no menos de 10cm si va a colocar luminarias.
2. Fije un perfil sobre esta línea. Las placas deben apoyarse en él sin estar sujetas. Además, deben estar al menos a 5mm de la pared. De esta manera evitará que los movimientos estructurales provoquen la aparición de grietas en el yeso.
3. Sujete al techo los tirantes que sostendrán las placas. Necesitará al menos tres anclajes por metro cuadrado. Y recuerde que la estopa es más adecuada que las varillas en distancias superiores a 25cm.
4. Coloque las placas y rellene las juntas. Termine con un enlucido a base de escayola para que el techo tenga un aspecto uniforme.
