Para el año 2020 todo aquel nuevo edificio que se construya en Europa deberá ser catalogado como Nearly Zero Energy Buildings. Este proceso acarrea, asimismo, nuevos sistemas de edificación, diseño y gestión de casas y empresas, que redundará en un buen equilibrio con el medio ambiente. Así lo exige la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC). De este modo, arquitectos, constructores, promotores y fabricantes de componentes para el hogar deberán adecuar sus productos.
En primer lugar, el arquitecto habrá de diseñar lo que se conoce como «edificios pasivos». Para conseguirlo, aquí entra en juego el estudio previo tanto de su forma como su orientación con respecto al Sol, así como su adecuación con el entorno. Por el contrario, los sistemas consumibles de energía habrán de ser «activos», con el fin de conseguir la máxima eficiencia.
Por tal motivo, la formación de estos profesionales resulta vital, algo en lo que ya están trabajando instituciones como el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante. En cuanto a su implantación, existen en la actualidad 15 países europeos que se rigen por una normativa oficial, mientras que otros tres se hallan en trámites de aprobación.
Es el caso, precisamente, de España.