Vivimos en una sociedad que se caracteriza por su civismo. Aunque todavía hoy en día existen personas a las que les cuesta seguir unas normas.
Orinar en la vía pública es un delito que puede ser penalizado con una multa considerable. No obstante, existen personas que deciden hacerlo de forma regular. Algunas empresa están trabajando en un tipo de pintura repelente de orina.
El hecho de que pueda rebotar de la pared y afectar de lleno a la persona que está cometiendo la irregularidad puede ser todo un acierto para acabar con esta práctica. Además, facilitaría la limpieza de las fachadas.
Este tipo de producto con el que están trabajando algunos ayuntamientos, tiene una duración de dos años y permitiría mantener las paredes limpias y cuidadas. Debemos tener en cuenta los efectos negativos de la orina o de cualquier tipo de impureza en las fachadas.
La limpieza es una de las claves para mantener el buen aspecto y la durabilidad del exterior de un edificio. La fachada es la carta de presentación del inmueble y uno de los aspectos que marca su valor.
Una cuidada higiene puede ayudar a su conservación y ser un símbolo de identidad para personas que viven o trabajan en un edificio.